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“Un periodista despedido es un testigo menos de la realidad”

aquellos negocios como el del ladrillo. Éstos desaparecieron sin esperar a tener pérdidas. Después, comenzaron a desapararecer los diarios gratuitos. Y ahora han empezado a desaparecer medios de comunicación con una larga trayectoria. Ahora mismo, dos provincias como Cuenca y Guadalajara carecen de medios de comunicación impresos.

En el País Vasco, ¿el panorama es igual de desalentador?

No. La crisis económica ha tardado un poco más en llegar a Euskadi. Y, además, los medios de comunicación, aquí, tienen fortaleza. En el País Vasco siempre ha habido una gran pujanza informativa que propició, en su momento, que la importancia de los medios de comunicación aquí fuese mayor que en otras comunidades con la misma densidad de población, o mayor. Durante años hemos estado dando titulares de primera todos los días. De ahí, que tengamos grandes grupos de comunicación como Vocento, EITB, o el grupo Diario de Noticias; las delegaciones de El Mundo o El País; o grandes emisoras de radio como la SER.

Está claro que la abundancia informativa que aquí se generaba tenía mucho que ver con ETA. ¿El fin de la violencia contribuirá a esta crisis?

Sí. Incluso antes de que la banda terrorista anunciase que dejaba las armas, algunos medios como Tele 5 o Antena 3 ya tomaron medidas y redujeron mucho sus plantillas. Desgraciadamente, ETA ha dado muchos titulares.

Los despidos de profesionales no sólo hacen daño al sector en cifras, sino que también pierde en calidad. ¿Esto no es contraproducente?

Lo que no se puede pretender es que con una plantilla reducida se haga el mismo trabajo. El propio producto informativo no puede ser bueno si el periodista no puede ir al sitio en el que se ha producido la noticia para ser testigo, si tiene poco tiempo para redactar, para contrastar, para verificar. El medio pierde calidad y se pierde otra cosa muy importante para la ciudadanía: un periodista despedido es un testigo menos de la realidad.

Precisamente, la credibilidad de los periodistas cada día es menor. Un mal producto no ayuda.

Hay unos cuantos factores que influyen en esto, uno de ellos es el hecho de que ciertas televisiones están empeñadas en llamar periodismo a una cosa que no es más que una mierda televisada. Eso es muy importante. Pero también es verdad que, con las nuevas tecnologías, se ha dado un florecimiento de ciertos medios que no tienen otro objetivo que contaminar. Medios que están al servicio de organizaciones políticas, y que no tienen rigor alguno a la hora de informar.

Nuevas tecnologías, ¿cuál ha sido su papel en esta crisis?

La irrupción de internet en los medios supuso una época de vacas gordas para las empresas periodísticas, que ganaron mucho dinero, pero no tuvieron la prudencia necesaria para invertir ese dinero en aprovechar ese potencial tan importante que se nos venía encima. No supieron preveer que los medios impresos se iban a encontrar con una soberbia competencia de carácter universal.

Entonces, ¿internet es un enemigo?

Para nada. Con internet hemos visto que se han creado grandes medios de comunicación en España. Periodistas creativos que se han juntado y han creado Infolibre, La Marea, Eldiario.es, Pikara Magazine, Frontera D, etc. Y son medios de comunicación que están funcionando muy bien, con estructuras horizontales y nuevas vías de financiación. Esto es un panorama muy bonito. Hoy, cualquiera con un poco de creatividad puede tener una atalaya para dirigirse al mundo, cuando antes se necesitaban grandes cantidades de dinero.

Hablando de dinero, en España los periodistas ganan menos que en otros países como Alemania o Reino Unido. ¿Es nuestro periodismo peor que el suyo?

Si las empresas periodísticas mantienen estas tarifas con las que retribuyen a sus trabajadores, se hará peor periodismo. No se puede hacer un buen reportaje, que lleva su tiempo, por 20 euros.

Con estas condiciones precarias, los horarios imposibles que sufre el periodista, y el desprestigio que vive la profesión, es normal que muchos alumnos de la Facultad acaben la carrera totalmente desanimados. ¿Qué les dirías?

Las personas con auténtica vocación y deseo de ser periodistas tienen que seguir poniendo los medios para serlo, tienen que seguir haciendo información. Que monten un blog, que informen. Puede ser que en un momento dado ese blog interese a alguien. Un profesor que yo tuve, José Manuel Alonso, quien también fue presidente de la Asociación Vasca de Periodistas, me dio una lección que hoy está más vigente que nunca: “No me traigas tu currículum, tráeme noticias”.

Despidos, cierres de medios, recortes salariales, condiciones precarias, unos datos desoladores, una profesión sin rumbo, un periodismo que se desploma… o no. Lucía Martínez Odriozola, presidenta de la Asociación Vasca de Periodistas y profesora de la Facultad de Periodismo de la UPV, es realista pero optimista.


La palabra crisis lleva tiempo revoloteando sobre el periodismo. Se habla de ella en las redacciones, en las Facultades, cada vez más en los propios medios, ¿se puede decir que ya no es un temor, sino una realidad?



Es una realidad desde el 2008, lo que pasa es que no se notaba tanto en la profesión como en la empresa. Todo comienza cuando se retrae la publicidad, que es la fuente de financiación más importante de la industria de la comunicación. En la profesión, sin embargo, se empieza a sentir cuando empiezan a caer los medios de comunicación, sobre todo locales, y cuando se comienzan a recortar los salarios y las plantillas de las redacciones.



10.000 periodistas despedidos y más de 70 medios cerrados en los últimos cuatro años, según la FAPE.



Más de 200, si tenemos en cuenta las pequeñas publicaciones que surgieron con el fin de sustentar 

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