top of page

Oiane Flaño y Carlos Fernández están en paro. Son periodistas. Dos periodistas desempleados más engrosando una larga lista de la que ninguno de ellos quería formar parte. Es, por desgracia, una realidad que cada día viven más profesionales de los medios de comunicación, que ven como las empresas para las que realizan su labor profesional eliminan puestos de trabajo o, en el peor de los casos, desaparecen. Esto último es lo que le pasó a Oiane Flaño, que se vio en la calle junto a sus 16 compañeros de trabajo, cuando cerró Punto Radio Euskadi. “Vocento salía ganando mucho más alquilándole sus antenas a COPE que mantiendo la radio”, asegura. Y eso hizo. El pasado 14 de marzo, ABC Punto Radio se quedaba sin voz para siempre, dos semanas antes lo había hecho ya su emisora en Euskadi. Los motivos del cierre: económicos. ¿Excusa? Oiane lo tiene claro: “La crisis del periodismo se aprovecha a su vez de la económica. Hay empresas que obtienen beneficios y, sin embargo, plantean EREs y contratan becarios para ocupar puestos de responsabilidad”. ​

 

Ahora toca buscar medio y el asunto se antoja complicado. Aún así, se puede decir que Oiane Flaño, con 27 años y un postgrado en Periodismo Multimedia, ha tenido suerte. Desde que acabó la carrera ha trabajado en Radio Euskadi, en Tele 5 y en Punto Radio. Cinco años de experiencia acumulados, que no tiene cualquiera, y en los que deposita toda su confianza para volver a encontrar un trabajo de periodista.

 

A sus 33 años, Carlos Fernández, en cambio, tiene claro que el periodismo no cubre las aspiraciones que él tiene para su futuro. Tras más de 11 años trabajando, primero en El Correo Digital y después en la empresa Servicios Redaccionales Bilbaínos de Vocento, Carlos ha cambiado el bolígrafo por el teclado y el lenguaje de los medios por el de la web. Reciclaje puro y duro. Empezó compaginando su trabajo de periodista con un ciclo formativo en Informática y, ahora, aprovecha el paro para sacarse un postgrado en Ingeniería Informática y Seguridad de la Información. “El futuro está en lo digital. Sólo hay que mirar un vagón de metro, nadie mira los periódicos, todo el mundo lee su e-book o mira su móvil en el que tiene conexión a internet. El papel, la radio y la televisión están agotados”, sentencia. Para él, la crisis del periodismo lleva gestándose años “en todos los niveles del periodismo: en la universidad, en los medios, en el modelo e, incluso, en los propios periodistas”. ¿Exagerado? Carlos se explica: “los programas de estudio de las Facultades de Periodismo están muy alejados de lo que se necesita; los medios están manejados por gente que, o bien sabe de cuentas, o bien sabe de periodismo, pero no de las dos cosas; y los periodistas salen de la carrera con la sensación de estar ya formados, cuando no es así”. Lamentablemente, los datos avalan su crítica. Existe un problema de base. En los nuevos Grados en Periodismo de la Universidad del País Vasco solo hay cuatro asignaturas obligatorias en las que se mencionan los medios digitales. Algo es algo, teniendo como antecedente que en las casi extintas licenciaturas tan sólo una asignatura da cuenta del ciberperiodismo, y ésta es optativa.

 

Entonces toca seguir formándose, adaptarse a las nuevas tecnologías, hacer un curso o un postgrado, o mejor las dos cosas. El saber no ocupa lugar...  pero sí tiempo y dinero. Lo sabe bien Verónica Díez, periodista de deportes vocacional que a sus 29 años, después de haber trabajado en varias emisoras de radio, de haber cubierto información deportiva pero también general, de haber tenido la suerte de vivir una final de Copa del Athletic detrás de un micrófono, tuvo que sacrificar su pasión por el periodismo “por tener un sueldo a fin de mes”. Ahora, con 31 años, Verónica es dependienta y no es la única que se ha visto obligada a cambiar de gremio de la noche a la mañana, “en mi grupo de amigos todos trabajábamos en medios de comunicación y ahora sólo queda uno”.  

 

Las cifras que el pasado mes de abril hacía públicas la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González, son devastadoras. Más de 10.000 periodistas han perdido su trabajo desde finales del año 2008, 4.800 en el último año, y 70 medios de comunicación han cerrado desde entonces. Oiane Flaño, Carlos Fernández y Verónica Díez forman parte de esta negra estadística que no deja de crecer y crecer sin medida.

 

¿Y ahora qué?

 

El pasado 7 de mayo, el Congreso de los Diputados aprobaba el Manifiesto en defensa del periodismo. Una declaración institucional, creada por la FAPE, en defensa de un periodismo libre, independiente, fuerte y plural. Su presidenta, Elsa González, calificó el apoyo de los diputados como “un paso fundamental en unos momentos tan duros como los que atraviesa la profesión, de gran precariedad laboral y salarial”.

 

Y tanto. Según el portal web TreceBits, especializado en redes sociales y periodismo 2.0, el salario medio de los periodistas en España está muy por debajo de lo que se cobra de media en otros países: 20.000 euros en España frente a los 35.000 en Estados Unidos. La Asociación de Prensa de Madrid lo corrobora en su informe anual presentado el pasado diciembre, en el que un 47% de los profesionales encuestados afirmaba ser ‘mileurista’.

 

Una rápida solución parece complicada. “Se necesita dinero”, apunta entre risas Verónica Díez “pero no hay”. Reír por no llorar. Carlos Fernández y Oiane Flaño coinciden en que el periodismo debe evolucionar, aprender a aprovecharse de las redes sociales y de los recursos que ofrece internet. “Los que innoven, tendrán futuro”, sentencia Carlos. Pero con precaución. “Hemos visto como periódicos como El País han publicado noticias falsas por no hacer bien su trabajo. En internet hay muchos bulos”, recuerda Oiane. Ella no pierde la esperanza de volver a trabajar como periodista: “Yo no me imagino una sociedad sin periodismo, es una labor social. Son los periodistas los que están destapando tramas como las de Bárcenas, Gürtell, Urdangarín…”. Ya lo dice el Manifiesto en defensa del periodismo, ‘Sin periodismo no hay democracia’. Entonces, ¿el periodismo sobrevivirá? A Verónica Díez se le iluminan los ojos. “El periodismo tendrá futuro, y yo espero tener un futuro dentro del periodismo”.

"La crisis del periodismo se aprovecha de la económica. Hay empresas que obtienen beneficios y, sin embargo, plantean EREs y contratan becarios"

"El futuro está en lo digital. Sólo hay que mirar un vagón del metro, nadie mira el periódico. El papel, la radio y la televisión están agotados"

"Los programas de estudio de las Facultades de Periodismo están muy alejados de lo que se necesita. Los periodistas salen de la carrera con la sensación de estar ya formados, cuando no es así"

bottom of page